La Estafa de Spotify con sus Artistas Fantasmas

Spotify ha enfrentado acusaciones persistentes de prácticas fraudulentas relacionadas con la creación de «artistas fantasma» o perfiles falsos, supuestamente con el objetivo de manipular las listas de reproducción y reducir el pago de regalías a artistas legítimos, aumentando así sus propias ganancias.

El supuesto mecanismo del fraude del «artista fantasma» o «artista espectro» en Spotify gira principalmente en torno a un programa interno llamado «Perfect Fit Content» (PFC). A continuación se describe cómo funciona este mecanismo:

Creación de música genérica: Se alega que Spotify encarga pistas musicales genéricas a un pequeño grupo de compositores. Estos compositores son contratados, según los informes, por empresas externas asociadas con Spotify, para producir música diseñada específicamente para estados de ánimo o actividades, como música para concentración, sueño u escucha de fondo. Testimonios de compositores anónimos sugieren que estas producciones son «extremadamente simples, no toman mucho tiempo y son baratas».

Cesión de derechos por pagos fijos: El acuerdo con estos compositores implica que cedan los derechos de las canciones a cambio de un pago fijo. Este arreglo es crucial porque permite que Spotify, o entidades asociadas, retenga los derechos y, por lo tanto, evite pagar las regalías completas por reproducción que normalmente irían a artistas legítimos.

Promoción en listas de reproducción curadas: Estas canciones luego son promovidas activamente e incluidas en las propias listas de reproducción curadas de Spotify como parte del programa PFC. Antiguos curadores de listas de reproducción de Spotify han afirmado que la empresa les presionó para incluir estas pistas en las listas.

Acumulación de reproducciones y reducción de costos: El objetivo principal es que estas canciones acumulen millones de reproducciones. Al llenar las listas de reproducción con música de estos «artistas fantasmas» o «música stock» por la cual paga tarifas fijas bajas, se alega que Spotify reduce la cantidad total de regalías que necesita distribuir entre artistas legítimos. Esto se traduce directamente en ganancias para la plataforma al minimizar sus costos de regalías. Las empresas identificadas como proveedoras de PFC incluyen Epidemic Sound, Firefly Entertainment, Hush Hush LLC, Catfarm Music AB, Queenstreet Content AB e Industria Works.

Antiguos empleados de Spotify han expresado preocupación por la falta de transparencia en torno al programa PFC, señalando que los usuarios desconocían esta práctica y que las discusiones internas estaban restringidas. Algunos empleados se sintieron incómodos con la idea de que compositores contratados reemplazaran a numerosos otros artistas.

Spotify ha negado consistentemente «crear» artistas falsos. Defienden el seguimiento del PFC citando la demanda de los usuarios por música de fondo y presentándolo como una práctica típica de recopilación de datos. Sin embargo, investigaciones y reportes, incluido uno de la periodista Liz Pelly en diciembre de 2024, así como informes anteriores de 2016, 2017 y 2022, han vuelto a poner el tema en foco con testimonios de ex empleados y análisis internos detallando el programa PFC. Por ejemplo, un informe de 2022 reveló que aproximadamente 20 músicos habían producido pistas para más de 500 nombres ficticios en Spotify, y 495 de ellos fueron colocados en listas de reproducción curadas por Spotify.

Se alega que esta práctica reduce el margen de ganancia para artistas legítimos y distorsiona la precisión de las listas de popularidad, obligando a los artistas genuinos a competir no solo entre sí, sino también con perfiles impulsados por la propia plataforma. Algunas acusaciones afirman que Spotify está directamente involucrado en «incluir tanto canciones reales como generadas por IA en las listas de reproducción» para capturar una mayor proporción del fondo de regalías.

Las fuentes también sugieren que la Inteligencia Artificial (IA) podría utilizarse potencialmente para aumentar aún más la producción de PFC, lo que genera preocupaciones de que la IA pueda ser usada para generar «música basura» o el «equivalente musical de imágenes de baja calidad generadas por IA» en beneficio de la plataforma.

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